A lo largo de los s. XII y XIII se
consolidaron los cuatros reinos cristianos de la Península Ibérica:
Portugal, Castilla y León, Navarra y la Corona de Aragón. Estos
reinos realizaron la ocupación militar de nuevos territorios
musulmanes, a excepción del reino de Granada, y la repoblación de
las tierras conquistadas.
La expansión militar fortaleció a los
dos grandes Estados de la Península: la Corona de Castilla y la
Corona de Aragón.
En Castilla se desarrolló una economía
basada en la gandería lanar, y la nobleza gozóp de un gran
predominio social.
En la Corona de Aragón, el desarrollo
del comercio mediterráneopropició la actividad manufacturera y el
surgimiento de una poderosa burguesía.
En la segunda mitad del s. XIV, la
crisis económica y social que afectó a toda Europa alcanzó también
a los reino hispánicos y provocó un descenso demográfico y una
disminución de la actividad económica.
Además, la nobleza se enfrentó a la
monarquía para defender sus privilegios y aumentar sus posesiones y
los campesinos protagonizaron revueltas contra el aumento del poder
nobiliario.
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