Las iglesias solían construirse con sillares de piedra, y por eso
muchas de ellas se han conservado hasta nuestros días. Los elementos
esenciales de una iglesia románica son:
- La planta tiene forma de cruz latina y el brazo más corto se denomina transepto. El lugar donde se cruzaban los dos brazos se llama crucero y se cubría normalmente con una torre o cimborrio.
- La cabecera de la iglesia, el ábside, solía ser semicircular y, a veces, las naves laterales se prolongaban y lo rodeaban, formando la girola.
- La cubierta se realizaba con sólidas bóvedas de cañón, que se sostenían sobre gruesos muros, y enormes pilares o columnas, unidos por arcos de medio punto o de media circunferencia.
- Como las bóvedas de piedra pesaban mucho, los muros que las sustentaban debían ser muy anchos y con pocos huecos. Para reforzarlos se adosaban sólidos contrafuertes a las paredes exteriores.
- También era habitual colocar una torre-campanario en el exterior, unida a la iglesia o separada de ella, que servía para llamar a la oración y como torre de vigía.
- En las puertas, ventanas y vanos se usaba el arco de medio punto, sustentado sobre columnas con capiteles a menudo decorados.
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